jueves, 1 de octubre de 2009

Autodestructivo.

Soy un idiota. Definiéndolo mas ampliamente también soy masoquista, Emo, romántico asta ser chocante y meloso, así como dañino para mi salud mental y estabilidad emocional. Un estuche de monerías.

Hace rato de improviso se me ocurrió ir al cine, cheque la cartelera y me encontré que en CNA estaba la película “La cruda verdad”, una historia romántica de relleno que hacen cada año para después de la temporada de verano. Conforme avanzaba la película y subía de volumen la risa, también me fui identificando con las situaciones románticas que ridiculizan la película, cosas como el amigo que te enseña a conquistar una persona fuera de tu alcance, la emoción cuando logras la atención del ser idealizado, el juego de cirano, el baboso exceso de honestidad cuando ya se ha ganado, el odio cuando la otra persona no entiende el sentimiento que tienes por el, etc. Y termine enamorado de la película… o no, de la película no, más bien de la idea romántica del amor doloroso.

Si, ese amor que cuesta, que muchas veces no llega a buen fin porque sufres por alguien que no es para ti o que termina abruptamente cuando metes la pata y tu orgullo no te deja corregir las cosas. Ese donde me he vuelto un experto: buscando imposibles, aquel en que me he auto saboteas perdiendo lo ya ganado, donde después de hacer todo bien, das un paso atrás y dices “esto no esta bien, a mi no me pasan cosas buenas, seguro algo va a salir mal y voy a salir herido”. O mi especialidad actual, con la mesa puesta, pensar “ahorita no puedo, primero termino de pagar mis deudas, cambiar de trabajo y Lugo busco novia”.

Lo único bueno de pasar por esto a mi edad, es que un día lo pienso y al día siguiente le quitas totalmente la importancia. Me auto saboteo y fallo, pero no me rindo ni digo “yo no nací para amar” (que cursi); creo que mi compañera de trabajo seria perfecta para mi (me encanta), pero no creo que sea única ni el amor de mi vida (¡si no tuviera novio!); se que no es bueno restregarme en la cara una película romántica cuando deseo tanto una pareja; pero es placentero verlo, imaginarlo, recordarlo, sufrirlo y gozarlo con los actores por hora y media… y… que idiota