Hace una semana recibí la llamada de mi amiga Elvia la cual hace meses que no veo, ha pesar de que deseaba platicar con ella no pude contestar en ese momento por problemas en el trabajo. Ya mas noche trate de comunicarme pero no contesto y le mande un mensaje.
Al otro día, a eso de las 8 de la noche por fin me pude comunicar con Elvia y, como buenos amigos que somos empezamos a platicar sin ton ni son, lo clásico ya saben: ¿Cómo has estado? ¿Ha quien has visto? ¿Qué tal el trabajo? ¿A quien has visto? etc., hasta que en una de esas hice la pregunta crucial ¿ya tienes novio? Y la cosa cambio… todo cambio, la forma de hablar, el tono de voz, y supongo que si hubiera estado frente a ella. Habría visto una chica totalmente sonrojada y acalorada. Y es cuando me entere que tenían varios meses saliendo, que hay una empatía y complementariedad total, que estaba súper emocionada y que le dedica la mayoría de su tiempo libre.
Todo eso es normal a mi forma de ver; la novedad, el instinto, pero sobre todo la soledad hace que te aferres a una persona. Esta opinión cambio de súbito cuando me dijo que el mensaje que había enviado el día anterior lo recibió su novio, ya que intercambian sus celulares. Lo primero que pensé fue” ¿Qué clase de babosada es esa? ¿Qué persona en su sano juicio le intercambia su celular con su novio?” y entre mas escuchaba mas me desconcertaba hasta el momento de enterarme que seguramente para enero se casan o cuando menos vivirían juntos. Y remato la llamada diciendo que “como amigos las cosas seguirían igual ya que sin importar las cosas, antes, durante y después de él seremos amigos y me mandaba un abrazo porque los besos estaban prohibidos”
Una falacia similar la había escuchado de niño, y de boca de mi madre sobre como había dejado de ver a sus amigos al casarse. Y por el mismo estilo he visto casarse amigos y desaparecer de la escena por problemas con la pareja, los hijos en camino y el trabajo. Cuando llega la pareja que nos hace ver estrellitas: la familia, la escuela y los amigos desaparecen para dedicarle todo el tiempo a la pareja. No me lo tomen a mal, estoy contento de que Elvia sea feliz; solo que no puedo digerir el echo de que en tres meses todo sea diferente, duele perder a mi mejor amiga y saber que nada volverá a ser igual, y mi consuelo tonto es saber que: "lo único constante en este mundo es el cambio" ¿No?
No hay comentarios:
Publicar un comentario